Al otro lado del sol
miércoles, 17 de noviembre de 2010
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educación de párvulos ucsc
miércoles, 15 de abril de 2009
Inteligencia Emocional en nuestros niños.
La mayoría de nuestras decisiones están tintadas por nuestras emociones. Si pensamos por un momento, ¿qué nos mueve a comprar un perro, una casa o que nos hace elegir a un amigo o una pareja? La respuesta a esta y otras, es la Inteligencia Emocional, una destreza que nos permite conocer y manejar nuestros propios sentimientos, interpretar o enfrentar los sentimientos de los demás, sentirnos satisfechos y ser eficaces en la vida, a la vez que crear hábitos mentales que favorezcan nuestra propia productividad.
La Inteligencia Emocional no se refiere exclusivamente a las emociones, sino a cómo integrar éstas con las cogniciones y los actos. La idea es poner inteligencia a las emociones. Es por esto, que se debe reforzar determinadas capacidades emocionales en los menores. Los niños no siempre desarrollan de forma espontánea las cualidades emocionales y capacidades sociales que los convertirán el día de mañana en adultos responsables, apreciados y felices.
La Inteligencia Emocional, como toda conducta es transmitida de padres a hijos, sobre todo a partir de los modelos que el niño se crea.
Los padres que manifiestan la ternura y el amor, producen efectos muy positivos en sus hijos. En lo cognitivo, estos serán alumnos más eficaces, con mayor concentración y con menores interferencias afectivas. En el plano social, causarán una mejor impresión y serán más hábiles para relacionarse.
Es muy importante que los padres jueguen mucho con sus hijos sin utilizar esos momentos para darles instrucciones, sino hacer de ellos momentos compartidos, libres de juicios y presiones.
Nuestra misión tanto para los padres y como para las educadoras, es enseñarles a entablar amistades y conservarlas, a trabajar en grupo, a respetar los derechos de los demás, a motivarse cuando las cosas se ponen difíciles, a tolerar las frustraciones y aprender de ellas, superar sentimientos negativos como la ira y el rencor, tener autoestima elevada, manejar las emociones y aprender a expresar los sentimientos de manera adecuada.
Las emociones son estados afectivos subjetivos y debemos procurar mejorar y aumentar en nuestro hijo el coeficiente emocional, para que sean personas más felices y con más éxito en la vida.
La Inteligencia Emocional no se refiere exclusivamente a las emociones, sino a cómo integrar éstas con las cogniciones y los actos. La idea es poner inteligencia a las emociones. Es por esto, que se debe reforzar determinadas capacidades emocionales en los menores. Los niños no siempre desarrollan de forma espontánea las cualidades emocionales y capacidades sociales que los convertirán el día de mañana en adultos responsables, apreciados y felices.
La Inteligencia Emocional, como toda conducta es transmitida de padres a hijos, sobre todo a partir de los modelos que el niño se crea.
Los padres que manifiestan la ternura y el amor, producen efectos muy positivos en sus hijos. En lo cognitivo, estos serán alumnos más eficaces, con mayor concentración y con menores interferencias afectivas. En el plano social, causarán una mejor impresión y serán más hábiles para relacionarse.
Es muy importante que los padres jueguen mucho con sus hijos sin utilizar esos momentos para darles instrucciones, sino hacer de ellos momentos compartidos, libres de juicios y presiones.
Nuestra misión tanto para los padres y como para las educadoras, es enseñarles a entablar amistades y conservarlas, a trabajar en grupo, a respetar los derechos de los demás, a motivarse cuando las cosas se ponen difíciles, a tolerar las frustraciones y aprender de ellas, superar sentimientos negativos como la ira y el rencor, tener autoestima elevada, manejar las emociones y aprender a expresar los sentimientos de manera adecuada.
Las emociones son estados afectivos subjetivos y debemos procurar mejorar y aumentar en nuestro hijo el coeficiente emocional, para que sean personas más felices y con más éxito en la vida.
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viernes, 3 de abril de 2009
Autonomia e Independencia de nuestros niños
Si bien es cierto que el apego, es un elemento esencial para el desarrollo tanto emocional, como físico de nuestros hijos, por lo general los padres se convierten en sus guias, no tan solo apartir de los primeros dias de vida, sino que también durante los próximos años asegurando la protección y confianza que necesitan.
Es por esto, que asegurar estos cuidados son la base de la confianza, pero que no se malinterprete, la sobreprotección se encuentra del otro lado de este tema.
En cambio la autonomía, es la capacidad de sentirse emocionalmente estables sin la presencia de los seres queridos. Tiene que ver con la seguridad en sí mismo con la aceptación de normas, con la capacidad de frustación y con la responsabilidad. Es necesario que la familia ayude en esta liberación de la dependencia. Es imprescindible qe exista un deseo de los padres de que sus hijos vuelen solos.
Es por esto, que tenemos un importante trabajo, tanto padres y educadores, en entregar las herramientas necesarias para alcanzar estas etapas de la vida tan importante para un ser humano. Participe con él en las actividades cotidianas como vestirse, cepillarse los dientes o comer. Déjelo que él aprenda estas cosas por sí solo, pero siempre bajo su observación, teniendo mucha paciencia y planificando las cosas de tal manera que los niños las vayan aprendiendo despacio y sin presiones.
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autonomía,
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niños
viernes, 20 de marzo de 2009
Bienvenidos!
Este blog nace bajo un proyecto educativo, y en los proximos dias sufrira algunos cambios, es por esto que rugo comprension, ya que significa un gran desafio el enfrentar este gran medio de comunicacion.
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